Sobre la materia
Los agujeros negros, objetos astrofísicos colapsados al punto de que ni la luz puede escapar de ellos, son una predicción natural de la Teoría General de la Relatividad. Las propiedades físicas de los agujeros negros comenzaron a ser estudiadas en la década de 1960, a pesar de que soluciones como la de Schwarzschild, que describe un agujero negro con simetría esférica y sin carga, se conocían matemáticamente desde los albores mismos de la Relatividad General. El interés por estas soluciones surgió al descubrirse los cuásares y las fuentes de rayos X galácticas hacia 1963. Rápidamente se desarrolló lo esencial de la teoría de los agujeros negros, y sus aplicaciones astrofísicas a partir de los años 1970 resultaron enormes. Binarias de rayos X, todo tipo de galaxias activas, el centro Galáctico, las fuentes ultra-luminosas de rayos X descubiertas por el satélite Chandra, los llamados gamma-ray bursts, etc, son ejemplos de la ubiquidad en la astrofísica contemporánea de los agujeros negros. La comprensión del Universo es inimaginable sin un cierto entendimiento del rol que los agujeros negros juegan en él. Los agujeros negros, además, presentan características donde las condiciones físicas son realmente extremas y su estudio puede llevar a una mejor comprensión de las leyes de la naturaleza, en particular del comportamiento de la gravitación en el régimen de campo fuerte.
En esta materia se presenta una introducción a la física y astrofísica de los agujeros negros, incluyendo soluciones exactas que describen agujeros negros, así como estudios del interior y exterior de estos objetos.